Cuando los bárbaros invadieron el Imperio Romano, su lengua se fusionó con el
latín y, durante el tiempo que duró la Edad Media, surgieron nuevos lenguajes
que pronto serían los idiomas característicos de las naciones. Sin embargo, no
había mucha producción literaria, porque la mayoría de la gente no sabía leer
ni escribir, además los libros eran copiados a mano en los monasterios y pocas
personas podían tener acceso a ellos.
En la época de los viajes de exploración y comercio, las naciones europeas cono- cieron la cultura y los inventos de Oriente, por ejemplo, en Corea y en China se usaban placas de madera que eran grabadas con los ideogramas de su lengua, después eran barnizadas con tinta y por último se les colocaban hojas de papel para que quedaran impresas. Este conocimiento fue llevado a Europa, pero ras- par tablas de madera para formar las letras era cansado y lento, así que, para el siglo XV, apareció una placa de madera con letras que se podían quitar y poner. Esta innovación hizo más rápida la impresión de textos, pero aún salían pocos ejemplares.
Cuando las ciudades crecieron y establecieron sus propios centros educativos, la demanda de libros creció, así que los artesanos que se dedicaban a la im- presión buscaron nuevas maneras de hacer más rápido su trabajo. En Holanda, Lorenzo de Coster empezó a usar cubos de letras movibles y en Alemania, Juan Gutenberg desarrolló un aparato que no sólo usaba los cubos de letras, sino que imprimía más libros en poco tiempo. En 1450, la imprenta de Gutenberg publicó una carta de indulgencias, una Biblia, un libro de gramática y otras obras que ayudaron a la difusión de la cultura. La imprenta llegó a todas las ciudades eu- ropeas, inclusive América tuvo la suya, cuando, en 1539, se mandó una máquina a Nueva España.
La imprenta puso los libros al alcance de la población, los nobles y los burgue- ses empezaron a acumular, en sus palacios y casas, bibliotecas privadas con las obras de los literatos, filósofos, novelistas y poetas del Renacimiento.
La difusión de ideas nuevas hizo que la gente empezara a cuestionarse los aspectos de su
En la época de los viajes de exploración y comercio, las naciones europeas cono- cieron la cultura y los inventos de Oriente, por ejemplo, en Corea y en China se usaban placas de madera que eran grabadas con los ideogramas de su lengua, después eran barnizadas con tinta y por último se les colocaban hojas de papel para que quedaran impresas. Este conocimiento fue llevado a Europa, pero ras- par tablas de madera para formar las letras era cansado y lento, así que, para el siglo XV, apareció una placa de madera con letras que se podían quitar y poner. Esta innovación hizo más rápida la impresión de textos, pero aún salían pocos ejemplares.
Cuando las ciudades crecieron y establecieron sus propios centros educativos, la demanda de libros creció, así que los artesanos que se dedicaban a la im- presión buscaron nuevas maneras de hacer más rápido su trabajo. En Holanda, Lorenzo de Coster empezó a usar cubos de letras movibles y en Alemania, Juan Gutenberg desarrolló un aparato que no sólo usaba los cubos de letras, sino que imprimía más libros en poco tiempo. En 1450, la imprenta de Gutenberg publicó una carta de indulgencias, una Biblia, un libro de gramática y otras obras que ayudaron a la difusión de la cultura. La imprenta llegó a todas las ciudades eu- ropeas, inclusive América tuvo la suya, cuando, en 1539, se mandó una máquina a Nueva España.
La imprenta puso los libros al alcance de la población, los nobles y los burgue- ses empezaron a acumular, en sus palacios y casas, bibliotecas privadas con las obras de los literatos, filósofos, novelistas y poetas del Renacimiento.
La difusión de ideas nuevas hizo que la gente empezara a cuestionarse los aspectos de su
vida, sobre todo los religiosos. La imprenta fue un invento tan importante para
la difusión del conocimiento como el Internet en nuestros días.
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